Los peores amantes: Capítulo VII

Capítulo VII: Rápido pero conciso
 
Con Bea estábamos calientes todo el tiempo, ya cada vez más enganchados, seguíamos cogiendo mínimo dos veces por semana ya con días fíjos y algunos días extras donde nos la rebuscábamos para encontrarnos. Era despertarnos y ver que en el celular teníamos el mensaje del otro. Si, inevitablemente cada día que pasaba se demostraba más cariño, tanto al momento de coger, donde prácticamente hacíamos el amor aunque ninguno lo admitía, y luego de quitarnos esas ganas de demostrarnos sin palabras pero con hechos esos sentimientos escondidos, cogíamos bien sacados, a veces interpretando nuestro clásico rol donde si bien se suponía que ella era la putita sumisa y yo el dominador, como ya habrán visto, esos roles en determinadas situaciones no quedaban del todo claros. Pero la verdad mucho no nos importaba, jugábamos cuando queríamos, cómo queríamos o como se daba.
 
Los mensajes con los que solíamos amanecer si bien eran característicos de la necesidad del otro, siempre estaban cargados de sexo.
 
- Buen día hermosa, que ganas de tener un mañanero y llenarte la conchita de leche, o que desayunes con una buena mema.
- Hola mi vida, uhhh que ganas de una lechita calentita! Sabes que yo desayuno bien, y si es con leche mejor!
 
Imagínense, despertarnos y ya tener esta conversación, así todos los días, hacía que esté al palo todo el día. También nos pasaba a la noche, los días que no nos veíamos sobre todo las semanas que ella estaba sola por la noche, porque el cornudo tenía horarios rotativos, ya una vez cenados y antes de irnos a dormir, ella desde su cama y yo encerrado en el baño, nos quedábamos hablando al menos una hora, nos calentábamos a morir, nos pervertíamos mutuamente.
 
En una de esas noches, ella me manda una foto desde la cama, boca abajo la imagen sacada por encima de su cabeza, mostraba como esa cintura pasaba a formar un redondo culo, pero eso no es lo peor, tenía puesto un culote tipo de encaje negro–o algo así, nunca supe bien como se llaman esos– pero dejaba a la vista un transparencia que realmente te enfermaba la cabeza, no les puedo explicar lo que me calentó ver eso. Amaba verla en ropa interior, le quedaba tan bien todo lo que se ponía, que a veces no sabías que te calentaba más, si verla con o sin ropa interior.
 
Inmediatamente se me paro la pija, se lo dije.
 
- Me estás matando con esa foto, me pusiste la pija muy dura.
- Si? Te dan ganas de sacármelo vos?
- Si, o no… No sé! Porque me encanta como te queda, aprovecharía a cogerte con el culote puesto.
- Yo te esperaría con la cola parada como estoy en la foto, me gustaría que estés acá para cogerme fuerte.
- Ya sé, me dieron ganas de chuparte mucho el culo y ponértela de a poco, quiero coger esa cola.
- Ya estoy toda mojada, y encima me decís eso y más ganas de sentir tu lengua en la cola mi vida…
- Ya la vas a tener, igual tenemos que esperar todavía.
- Porque? Mañana no nos vemos? –pregunto algo extrañada.
- No, si sabes que mañana a la tarde viajo, me voy 4 días. Nos vemos recién el próximo martes como siempre.
- No me acordé la puta madre! Porque no me hiciste acordar! Nos veíamos hoy!
- Y cómo voy a saber que vos no te acordaste! Ni se me ocurrió! Yo te había contado.
- Si, ya sé, pero no caí en que ya era este fin de semana! Y ahora qué hago? Yo pensé que mañana nos veíamos y tomaba la mema! No voy a tener lechita hasta la semana que viene?
- No me digas así! Sino pone una excusa vos y desaparece de tu casa los 4 días y nos vamos juntos, es lo que te puedo ofrecer… Pensalo!
- Ojala! Ni lo dudaría si pudiera, pero no puedo, ya lo sabes.
- Lo sé, una lástima, pero no pasa nada.
- A qué hora te vas mañana?
- Tipo 17 o 18, según a qué hora terminen los demás y me pasen a buscar. Pero antes de esa hora no creo.
- Uhhh ni siquiera te vas a la noche! Ni tiempo nos da.
- No, una cagada, sino sabes que relajado que viajo jajajaja
- Te dejo bien seco y exprimido si tuviéramos tiempo. No se te pararía la pija en los 4 días aunque te bailen en bolas todas las putas que van a mover el orto allá.
- Jajajaja, que pasa??? Mi putita se puso celosa??? O me pareció???
- Celosa?? Naaaa… No vas a encontrar una putita como yo… Que te muevan el culo si quieren, pero vas a ver que nadie te coge como yo.
- Mmmm… Alguien se puso celosa… Me quería mandar de viaje con el tanque vacío!! Jajajajajajaa
- Forro! No te burles! Si, y??? Un poco celosa sí, porque te vas con amigos a un lugar lleno de trolas, obvio que un poco me jode!
- No seas boluda, me estás cogiendo todas las semanas, no tengo necesidad de buscar un culito nuevo, y a parte como el tuyo no creo conseguir, mucho menos una boquita como la tuya jajaja
- Si, hacete el boludo… Que culos como el mío hay miles.
- No tan duritos y firmes, ni una pendeja tiene ese culo. Y que se banque el castigo como vos… menos! Jajajaja
- Mas te vale que guardes la leche para cuando vuelvas, mira que si no se te para me voy a dar cuenta que la metiste en otro lugar.
- Ni que fuera soltero! Sabes que no necesariamente puede ser por coger en el viaje.
- No me importa, por esta vez ni a tu mujer la coges, guarda todo hasta que me vuelvas a ver a mí, sino olvídate de mi cola! –uso mi debilidad para amenazarme la muy hija de puta.
- Ok, despreocupate, no voy a hacer nada. Prometido.
 
Yo no me aguante, tenía la pija a mil de la charla, en realidad, todo me calentaba, y le mande una foto de como la tenía parada.
 
- Encima me la mostrás así? Y yo que me quedo sin pija durante casi una semana?
- Sin pija no te quedas, tenes al cornudo que igual te da.
- Si pero no me coge como vos, a mí me gusta más tu pija y como me coges vos! Me gusta cómo me emputeces!
- Cuando vuelva te doy todo lo que quieras. Ahora te tengo que dejar que me voy a bañar y a dormir.
 
Nos despedimos como siempre, lo normal de todos los días. Pero me quede mirando esa foto que me mando del culote de encaje y me imaginaba estando al lado, tocándola, corriéndolo para cogerla con la prenda puesta. Estaba muy caliente.
 
Al día siguiente yo no fui a trabajar, estaba haciendo preparativos simples pero que tenía que hacer para irme, estuvimos hablando todo el día como siempre y pasado el mediodía me pregunta.
 
- Ya sabes a que hora te vas?
- Si, tipo 18 pasan a buscarme, por?
- Yo voy a salir a las 16, podes estar 16:30 en el centro?
 
Me extraño un poco, jamás nos encontrábamos por ahí, no era cómodo y mucho menos discreto para ella sobre todo.
 
- En el centro? Pero si vos no podes andar a la vista conmigo ahí. Que raro!
- Si ya sé, pero solo un momento, ya sé que no nos da el tiempo para ir a coger. Pero te quiero ver antes de que te vayas al menos.
- Ok, puedo inventar alguna excusa para ir, pero no con el auto, voy a poder ir con la moto, no te jode? No vas a poder esconderte de nadie así.
- Dale, no importa, nos vemos unos minutos y te vas.
- Dale, nos vemos ahí.
 
A la hora señalada agarre la moto y salí, fui tranqui, la verdad que sabiendo que la veía me daba bronca no poder cogerla, en definitiva yo también me iba a tener que aguantar hasta la siguiente semana. Llegue, al rato llega ella caminando, nos saludamos mas bien con algo de distancia y empezamos a hablar como si fueramos apenas unos conocidos. Se la notaba algo ofuscada, molesta. Intentaba disimularlo pero no le salía.
 
- Que te pasa?
- Nada –cuando dicen nada… es porque pasa de todo pensé yo.
- Bueno, trasmitiselo a tu cara entonces jajaja –yo me tente igual de la risa.
- Si, reíte de mí, que te importa no?
- Eyyy che! Que mala onda! Me vengo hasta acá solo para verte un momento porque me pediste y ahora me tratas así? Si queres me voy y listo, así se te pasa el raye.
- No, vamos caminando para allá, nos sentamos en la barranca así podemos estar al menos un poco más tranquilos para hablar.
- Pero estoy con la moto, no la puedo dejar acá. Subí, te llevo. –ella no quería hasta que accedió.
 
Llegamos al lugar donde ella me fue indicando, deje la moto en frente y fuimos donde comienza la escalinata de la barranca. Pense que corría riesgo mi moto, lo único que me faltaba era que me la afanen y tenga que llamar a mi casa a pedir que me vengan a buscar, se pudría todo no? Pero verla caminando como una gacela cruzando la calle y meneando el culo… Me olvide de la moto en cuestión de segundos.
 
Bajamos unos escalones, nos acomodamos en uno de los bancos, y nos pusimos a hablar. Ella seguía si bien ya no molesta, pero si ahora inquieta, estiraba su mano para agarrarme pero miraba para todos lados, solo terminaba tironeándome un poco de la remera en clara alusión a que quería tener contacto. Yo no la hice esperar, ella estaba paranoica, estábamos en su barrio prácticamente, pero le simplifique las cosas y le comí la boca. Se prendió como garrapata, hasta suspiraba al mismo tiempo que su lengua recorría y reconocía cada parte de mi boca, se la notaba más que deseosa.
 
- Tenías ganas de mí o me pareció?
- No me jodas, no estoy de humor.
- Ayyy ella… Si o no? Responde si queres más besos, sino seguimos hablando.
- Si forro, quería verte antes de que te fueras!
- Y porque tanto deseo por verme? Y peor, porque te cuenta reconocer que querías verme?
- Porque no aguanto la idea de tener que esperar casi una semana para volver a coger! Al menos necesitaba que nos veamos.
- Algo me dice que me vas a extrañar –quería saber hasta donde era ella capaz de reconocer.
- No sé porque te imaginas eso, que quiera coger no quiere decir que te extrañe a vos –no le gustaba dar el brazo a torcer, siempre intentaba tener la última palabra.
- Ahhh bueno, entonces también te debe dar lo mismo que te coja tu marido en mi lugar.
- No es lo mismo, me gusta tu pija, no quiere decir que te extrañe.
- Entonces si no me extrañas y hoy no vamos a coger, no sé por qué estamos acá.
- Porque sí! No jodas!
- Me extrañas entonces, mírame y decime que no y te creo –le dije disimulando un poco la risa. Ella levanto la mirada para hacer contacto y le costaba decidirse si decir la verdad o mentir.
- Para que queres que te diga? Si igual no cambia nada –dijo con algo de vergüenza en su tono de voz.
- No cambia nada, pero si es así, no sé porque te cuesta decirlo, como si no hubiera confianza entre nosotros para decirnos las cosas –termine de decir eso y le comí la boca.
 
Nos quedamos prendidos un rato largo, la verdad que nos teníamos ganas a full, ya era acercarnos y querer coger, y encima de tanto chapar yo tenía la pija dura ya. Estábamos en un banco al borde de una escalera bastante concurrida, la podía reconocer cualquiera también por eso ella trataba como podía de ocultarse un poco. Yo ya no tenía mucho más tiempo, y aunque no quisiera debía volver, pero ella no se desprendía de mí.
 
- Tengo que volver hermosa –le dije apenas separando un poco nuestros labios.
- Ufaaaa… Quedate un ratito más –me pidió.
- No puedo, nos vemos la próxima semana y compensamos lo que no estuvimos esta –intente conformarla con algo.
- Eso ya lo daba por hecho, jajaja. Bueno, vamos, por esta vez te dejo ir.
 
Al momento de levantarnos mi pija generaba una carpa notoria en el pantalón, si bien ella no lo noto, la sintió cuando me puse detrás de ella apoyándole el culo sobre su jean. Eso la transformó. Agarró mi pija por fuera y girando su cabeza me comió la boca fuerte, profundo.
 
- Vos me decís de ir y me apoyas así duro? No me hagas esto… –me decía mostrando notoria debilidad.
- Estaba intentando tapar un poco, puede pasar alguna que ve la carpa y se quiera prender… –le dije en broma y ella me empujo con el culo para separarme y se dio vuelta enojada.
- Ah, así que le darías a cualquiera que pase? Y para qué tanto que la remaste para estar conmigo?
 
No le di mucha bola, la agarre a la fuerza y me abalancé sobre ella, nos comíamos fuerte, ya nos estaba pegando la parte donde una discusión así tonta que sea, e incluso provocada a propósito como ahora nos calentaba. Yo la verdad que no me podía aguantar, quería cogerla y si bien ese lugar nos lo impedía, ya no me importaba.
 
Justo frente de donde estábamos apenas al costado de la escalera y a la vista de todo aquel que pasara, había una especie lo que antiguamente se podía suponer era un puesto de algo, no lo sé, pero si bien no permitía ocultarnos para nada, lo primero que pensé fue usarlo como pared de apoyo. Enseguida la hice caminar cruzando la escalera y nos paramos ahí. Yo me apoyé en la pared y la traje hacia mí para seguir besándonos, ya eran besos cargados, deseosos, totalmente húmedos y que evidenciaban que lo que más queríamos ambos era coger. Las manos empezaron a moverse, dándole uso al espacio que quedaba oculto entre nuestros cuerpos al pegarse, yo apoye mi mano en su concha por sobre el jean que llevaba puesto –nada cómodo para una situación así– y empecé a frotarla, ella demostraba la calentura con suspiros dentro de mi boca. Preferí desabotonar su pantalón y bajarle el cierre, quería mejor acceso a tocarla, así que metí mi mano y su conchita como siempre estaba empapada. Dios, como se moja la morocha, era algo sin igual. Mi mano apenas la toco ya estaba toda lubricada, empecé a masturbarla con bastante fuerza, sin delicadeza.
 
Ella tampoco se tardó mucho, hizo lo mismo que yo, me desabrochó el jean y libero mi pija de la presión del bóxer que llevaba puesto. Estaba hinchada.
 
- Necesitaba tocarla, está muy dura –decía casi en mi oído.
- Vos toda mojada… Me parece que tu conchita si me va a extrañar y ella lo demuestra…
- Como me gusta cómo me tocas la puta madre, necesito sentirte todo el tiempo –cada palabra que decía lo hacía con evidente calentura.
- Mmmmm… me parece que me voy a llevar un regalo en mi mano si sigo tocando no?
- Siempre me haces acabar, no va a ser la excepción… Seguí…
 
Nuestras manos estaban pajeando al otro. Los transeúntes pasaban y miraban extrañados. Era muy obvio, el movimiento de nuestros brazos y la posición en la que estábamos, por más que intentáramos taparnos, daban cuenta de que nos estábamos pajeando, lo notaba cualquiera. A medida que incrementaba mis movimientos en su concha, la excitación de ella la trasladaba a su mano que ahorcaba mi verga. Por momentos aceleraba, por momentos se tensionaba tanto que no podía ni hacerme la paja, quedaba con su mano dura mientras ejercía más fuerza acogotándola.
 
- Mmmm… Fede… Mmmmm… –decía sin apartar su boca y sacudiendo mi verga.
- Me vas a extrañar putita? –le jugaba yo.
- No… –nuevamente no admitía.
- Ah no? No se nota… –y automáticamente deje quieta mi mano y deje de estimular su clítoris.
- No pares Fede… No pares… Seguí… Dale que me vengo… –entre protesta y pedido.
- Me vas a extrañar? –volví a repetir mi pregunta y solo en ese momento le di solo dos o tres roces a su conchita que le hizo temblar un poco las piernas. Inmediatamente pare.
- No… no… Seguí, no seas forro… no me dejes así… –era orgullosa, terca. Pero su mano en mi pija indicaba todo lo contrario.
- No me vas a extrañar? Entonces para que me hiciste venir.
- Seguí, no seas malo… Seguí… Quiero que me cojas… Seguí tocándome! –Esas últimas palabras se escucharon, creo que los que pasaban también la escucharon.
- No hasta que no digas la verdad… Mi putita me va a extrañar? –otra vez solo le roce el clítoris durante mi pregunta, luego frene.
- Si, mucho! Te voy a extrañar mucho! –exclamo notoriamente caliente.
 
Retome la paja y ella acelero sus movimientos también, nos estábamos haciendo una paja mutua y frenética ambos. Estábamos más que calientes, hirviendo. Ella no aguantó mucho más.
 
- Ayyyy… Mmmm… –para no hacerse escuchar tanto ahogaba esos gemidos en mi boca– Mmmmmm… Aahhhhh…
 
Por mi posición yo lograba ver a la gente que pasaba caminando, no había uno que no mirase para donde estábamos y haga algún gesto, bien o mal, de que se daba cuenta lo que hacíamos. Incluso llegue a escuchar más de un comentario. El ver y estar atento a todo eso fue lo que me ayudo a no acabar tan rápido, si bien estaba más que metido en la situación, la atención externa me jugo a favor mientras ella terminaba su orgasmo, estaba con sus piernas bastante debilitadas. Yo saque la mano de su concha y la puse entre nuestras bocas, ambos lamimos y saboreamos de sus jugos, ella sonreía.
 
- Como me pones malo… me hiciste desear y era peor, más me calentabas… –mientras hablaba seguía masturbándome pero más suave.
- Es que es muy lindo como se te pone la conchita, hierve, se hincha, palpita… se siente todo. Y como si eso fuera todo, no paras de mojarte.
- Bueno, eso no lo puedo evitar… Pero ahora tenemos que hacer algo con él… Sigue duro y cabezón! Jajaja
 
Inmediatamente se lo empezó a frotar sobre su pubis, en el espacio de su piel que dejaba descubierto el triángulo por el cierre bajo de su pantalón. Yo la gire rápido para que ahora ella quede apoyada sobre la pared, quedando igual de enfrentados, ella abrió grande sus ojos, retiró su boca y sin quitarme pero apoyando sus brazos en mi pecho me pregunta.
 
- Toda esta gente pasaba recién también? O justo ahora hay un malón que está subiendo las escaleras? –estaba algo avergonzada y preocupada.
- Si, más o menos. Por?
- Por qué va a ser?? Porque estamos a la vista de todos casi teniendo sexo Fede! –decía pero no soltaba la pija
 
Era visible que ambos disfrutábamos esta situación, incluso ella que podía salir perjudicada por el lugar donde estábamos, no podía frenarse. Siguió frotando mi pija sobre su pubis, cada vez intentaba bajar más para que mi glande haga contacto con su conchita y yo cada vez tenía más ganas de cogerla. No me aguante nada, sin pedir permiso siquiera le baje un poco el pantalón, ya no me importaba nada de quién vería y lo que verían, mucho menos lo que puedan decir o murmurar a su paso.
 
- Que haces? –alcanzó a decir al momento que yo me agache un poco y pase mi pija por debajo de su concha, impidiéndole ya tenerla siquiera en la mano– Mmmmm… –largó al sentir como todo el tronco hacía fuerza sobre su concha haciendo un leve vaivén.
- No puedo más… quiero cogerte toda… –yo seguía frotándola y ella se agarró de mi cuello.
 
Al momento de retirarme un poco hacia atrás, me agache un poco más, ella impedida de abrir las piernas por su pantalón, no podía ofrecer más ayuda que levantarse un poco en puntas de pie, yo me agaché apenas un poco más y sostuve fuerte la pija haciendo fuerza para arriba hasta que entro.
 
- Aaaaahhhhh… Siiii… lo que necesitaba sentirla adentro… –no se contuvo en decir.
- No me aguanto verte sin cogerte Bea…
- Cogeme entonces –me alentaba.
 
Yo empecé a cogerla de parados frente a todos, estábamos totalmente abstraídos de lo que pasaba a nuestro alrededor, hasta que ella me puso en aviso.
 
- Está subiendo todo un grupo de gente corriendo jajajaja –ya no le importaba nada, era obvio.
- Se van a morir de envidia de la puta que tengo conmigo…
- Ahhhh no me digas así… te gusta? Estas contento con tu putita? –claramente el juego de exhibirnos y encima el rol de puta la calentaba más aún.
- Si no lo estaría no te tendría acá ensartada frente a todos…
 
En eso ella agacha su cabeza para ocultar un poco al menos el rostro en mi hombro, pero al mismo tiempo bajaba su cuerpo para indicarme que retome los movimientos de cogerla. Yo escuchaba como esos pasos de grupo de running ya estaban llegando donde estábamos nosotros, empecé a bombearla cada vez más. Escuchabamos las risas y balbuceos de comentarios al respecto, y lo mejor de todo fue cuando sentimos el aplauso de al menos dos o más sujetos.
 
- Mira cómo te aplauden, y eso que no te ven el orto…
- Ahhhh… ahhhh… Cogeme… –ella ya estaba muy caliente otra vez– Seguí mi vida…
- Te gusta que te vean no?
- Si, seguí! –ya no disimulaba ni el tono de voz.
- Imaginate si te vieran el culo abierto como te lo veo yo… –se notaba que aumentaba su calentura cuando le decía esas cosas.
- Uuuuffff… Estoy por acabar otra vez Fede… Cogeme…
- Movete putita, dale, haceme acabar a mí también… Mostrales como me coges.
- Aaaahhhh… Siiii… Así… Qué lindo… Acabo mi vida… Acabo… –intentaba pero no podía contener el gemido. Se colgaba de mi cuello porque sus piernas ya no aguantaban el peso.
- Dame todo hermosa… donde queres la leche…
- Aaaayyyyy… Siiiiiiiii
- Donde queres mi vida… decime porque acabo yo también –le pedí ya al borde del lechazo.
- Adentro no, adentro no… hoy no podemos… –no terminó de decir esto que yo tuve que salir de golpe porque estaba a punto de llenarle la concha.
- Sacame la leche Bea, saca todo por favor… haceme acabar… –me puse como pude un poco de costado apuntando para el lado opuesto donde pasaba la gente.
 
Ella rápidamente tomo mi verga con la mano y me empezó a pajear para hacerme acabar.
 
- Ayyy que ganas de arrodillarme a tomarme la leche la puta madre!! –casi que lo grito y eso hizo que explote por completo. Mi verga empezó a largar leche en un par de disparos imperfectos que no pudieron esquivar su cuerpo por completo.
- Lo que hubiera querido dártela en la boquita mi vida… –yo seguía con algún que otro espasmo por el movimiento de su mano que seguía pajeandome.
- Que bronca desperdiciar todo esto!! –me decía mirando para abajo intentando ver donde fueron a parar los lechazos.
- Ya vamos a tener revancha la semana que viene.
- Si, y no voy a desperdiciar ni una gotita… –me dijo con sonrisa picarona– al menos esto lo voy a saborear, así no me quedo con las ganas.
 
Subió su mano y los restos que tenía de leche se los llevo a la boca, contenta, mostrándose orgullosa de cómo lo disfrutaba. Esa imagen es algo que ella sabe bien que me quema y me hace explotar la cabeza, y nadie mejor sabe mostrarse de esa manera, bien puta.
 
- Me encanta cuando haces eso.
- Lo sé, es uno de los motivos por lo que lo hago –su voz estaba cargada de orgullo.
- Y que otros motivos hay? –quise saber.
- Es que sos muy rico, me encanta tu leche.
 
Último momento: Caven una tumba para Federico ya mismo. Cayo muerto desde lo alto de la barranca hasta el río. Que puta tan hermosa que me cruzó la vida pensaba yo.
 
En ese momento recién volvimos a pensar en la gente que pasaba, y era mucha, caímos en la cuenta de que en serio fue una exhibición pública de sexo. Mis pantalones ya ni siquiera estaban arriba, quedaron por debajo de mi bóxer, éste era lo único que había evitado quedar con el culo a la vista, aunque ya no hacía casi diferencia. Pero nos reíamos.
 
- Cómo te aplaudieron, escuchaste?
- Siiii… que vergüenza jajaja –pero se cagaba de risa igual.
- Te gusto?
- Muchísimo! No me imaginé que me podía calentar tanto que me vean cogiendo –respondió con total seguridad– A vos?
- Si, también, al principio estaba medio atento, pero después ya no solo no me importo, también me calentaba y me gustaba, incluso en serio me gustaría que te vean en bolas, no me molestaría… Todo lo contrario.
- Es muy fuerte… Pero algún día quizás podamos coger en otro lugar público y con algo menos de ropa, o mostrar más.
- Ya lo anoto en la libretita… Lo vamos a hacer –le confirme.
 
Nos empezamos a acomodar un poco la ropa, ella ahí se da cuenta de un detalle.
 
- Uyyy la puta madre, me cayó leche en el jean! Mira las manchas que me quedaron! Jajajaja
- Te va a quedar como cartón esa parte jajaja
- Como hago para llegar hasta mi casa, entrar a mi casa y que no se note??
- No sé, tapalo con algo.
- No tengo nada, no vine con nada!
- Compra algo en el súper o la verdulería y volve con una bolsa tapándolo jajaja. Está el cornudo en tu casa?
- No creo, a esta hora no debería estar. Por?
- Por nada, si está va a sentir el olor a leche que tenes en la boca y en la ropa jajaja
- Que malo que sos, te gustaría que pase eso no? –ella me pego en el brazo riéndose.
- No es que me gustaría, pero es gracioso. Si cuando llegas él ya está le vas a dar un besito con sabor a leche?
- Forrito… sos malo eh?? Morboso…
- Seeee… y muy puerco como vos. jajaja. Por algo nos cruzamos y conectamos no?
- La verdad que sí, será que estábamos destinados.
- Vamos que se me hizo re tarde y ya me están mandando mensajes.
 
Caminamos apenas un poco hasta arriba en la barranca y recién ahí recordé que había dejado la moto y me preocupé, no sabía si la iba a encontrar o si me había quedado a pata. Por suerte me alivió verla en el mismo lugar. Nos dimos un buen beso y ella decidió que se iba caminando por su cuenta.
 
- Cuidate, no hagas boludeces –me dijo en referencia a mi viaje.
- Si, no te preocupes, me vas a extrañar entonces?
- No… Mentira! Si, mucho, mejor que vuelvas cargadito para que me cojas bien el martes.
- Así va a ser… mejor que estés bien preparada…
 
Otro beso más intenso, me puse el casco, encendí la moto y me subí. Ella se acercó como queriéndome decir algo más.
 
- Te quiero… –llego a decir con algo de timidez.
- Cómo? –haciéndome el que por el ruido no la había escuchado.
 
Ella se envalentonó, se acercó más, me abrazó y dijo en tono más audible.
 
- Ya me escuchaste forrito, pero te lo digo de nuevo, te quiero!!!

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